Hanne Darboven
Obra: Requiem for M. Oppenheimer, 1985: Un autorretrato en acuarela del pintor vienés Max Oppenheimer, fallecido en 1965, está colocado sobre un estrado entre sucios instrumentos musicales. Las páginas cronológicas del diario de Hanne Darboven de 1985 se alinean en las paredes, acompañadas a intervalos mensuales por reproducciones de la misma pintura. Estas entradas del diario presentan su dirección y número de teléfono junto a notas y cálculos matemáticos, las páginas adquieren la apariencia de notación musical. La instalación va acompañada de una banda sonora que se canaliza desde la esquina opuesta a los instrumentos maltrechos, dando a la obra un aire melancólico y desconectado. Darboven se considera a sí misma principalmente como escritora e historiadora, y su arte toma un papel secundario. Ha publicado varios libros que presentan series de números ordenados en un flujo aleatorio. A pesar de las referencias a funerales y réquiems en su trabajo, el sentido de continuidad que implican sus registros, diarios y secuencias de dígitos es extrañamente reconfortante.
¿Cuál fue el legado de Hanne Darboven?
Las obras de Hanne Darboven funcionan como una montaña: la cima no se ve desde abajo, la base desaparece de la cima. Surge como metáfora de algo que existe como un excedente de lo real con un exceso de lo simbólico, y es a la vez actual y continuamente monumental. Las enormes y complejas instalaciones de Darboven, generalmente involucran cientos o miles de piezas, que incluyen repeticiones cuadriculadas puras, reiteraciones tontas y cosas listas para usar, puramente idiosincrásicas. La escala es eclipsada solo por la ambición. Aunque su trabajo se ha entendido con mayor frecuencia en términos de serialidad, temporalidad y una especie de minimalismo maximalista, Darboven está en todas las cosas, en todas las cosas!. Porque el suyo no es tanto el trabajo del movimiento, aunque lo hay, como el de la vista panorámica. Historia que es, como la Historia, intencionalmente literaria, siempre en tiempo presente.
Sol LeWitt escribió este bonito resumen del trabajo de Darboven:
“La arquitectura del tiempo. Sin fin, sin remordimientos, infinito. Tan rápido como los océanos, tan corto como una ola. Incluye todas nuestras vidas y más días, meses, siglos. El pasado remoto, el futuro remoto y el ahora. Tan simple como una línea en un papel, tan complejo como mil páginas. El alcance y la elegancia de este trabajo y pensamiento es algo que uno nunca olvida ”.
La mayoría de las veces son números o palabras o letras sueltas, generalmente escritas a mano, representadas en cuadrículas o columnas, tachadas o en forma de ecuaciones absurdamente simples. Lucy Lippard describió los registros basados en fechas de Darboven como “un proceso que requiere tiempo, que toma el tiempo como uno de sus temas y que toma del tiempo (el calendario) sus bases numéricas”. Las longitudes de la línea ondulada en los dibujos, que retroceden al comienzo de cada mes solo para aumentar gradualmente nuevamente al final del mes, recuerdan los movimientos recurrentes de las mareas, reflujos y flujos, y visualizan génesis y transcurso. La máxima de Darboven, repetida a los posibles críticos y amigos de la vida real, era una reiteración del lema de Carl Andre: “Nunca te disculpes, nunca expliques”.
Darboven murió en 2009 en Hamburgo, donde trabajaba y vivía en la propiedad de sus prósperos padres. En el momento de su muerte, era una celebridad en Europa Occidental, sin dejar de ser una artista conceptual en Estados Unidos. Todavía hay relativamente poco escrito sobre ella en inglés, donde aparece con mayor frecuencia como un nombre en una lista de los primeros practicantes conceptuales influyentes en Nueva York, encajados entre Lawrence Weiner y Sol LeWitt. Sólo estuvo en Nueva York desde 1966 hasta 1968; sin embargo, durante ese tiempo, logró conocer e impresionar a quienes serían sus pares, y desarrollar lo que serían su mensaje y sus significantes medios.
A continuación, dejamos un video donde explican parte de su obra, para una exposición en Madrid, año 2014.
El segundo, más nuevo, que se puede ver con subtítulos, en el cual el curador explica una de sus obras-libro
