Jörg Immendorf
Obra: Gyntiana, 1992:
Esta escena abarrotada, ambientada en un bar subterráneo para almas perdidas, muestra un mundo oscuro y turbulento de conflicto, aislamiento y ansiedad. Pintadas en un estilo gráfico, de cómic, las figuras se arremolinan juntas, como en una narrativa surrealista, llenando cada rincón de la pintura con sus actividades extrañas y hedonistas. Pero su soledad esencial se enfatiza mediante el uso de un contorno amarillo, que encierra a cada uno en un mundo privado. Gyntiana es un personaje de la obra Peer Gynt del dramaturgo Henrik Ibsen, y esta obra forma parte de un ciclo llamado “Café de flore”, que forma un discurso sobre la arrogancia del poder y los males de la opresión. Para Jörg Immendorff, la pintura es una actividad política y sus obras hablan de una Alemania una vez dividida con dos sistemas ideológicos igualmente absurdos. Utilizando símbolos familiares de la identidad alemana como banderas, águilas y tanques, puebla sus pinturas con personajes militares, políticos y desviados. Immendorff estudió con Joseph Beuys y sus primeros trabajos incluyeron actividades radicales parecidas a las del dadaísmo. es fundamental para el movimiento figurativo neoexpresionista.
Sobre Jörg Immendorf
Jörg Immendorff cultivó su imagen de artista y de tipo duro, pero también tuvo un lado suave y reflexivo que se puede descubrir en sus obras, además de su sentido político de misión.
A mediados de la década de 1960, como estudiante en la Academia de Arte de Düsseldorf en la clase de Joseph Beuys, Immendorff asumió por primera vez el papel de agitador. Las acciones de la Academia Lidl, que desarrolló con su primera esposa Chris Reinicke, representan el amor y la paz y su deseo de cambiar el mundo, de rebelarse contra las políticas políticas poco inspiradas y poco inspiradoras en Alemania. La intuición y la creatividad debían liberarse mediante la acción. “Lidl” es una palabra artificial creada en la tradición de Dada.
Más tarde, Immendorff simpatizó con las ideas del KPD (Partido Comunista Alemán). Durante varios años trabajó como profesor de secundaria y desarrolló un lenguaje visual en el que la palabra y la imagen estaban juntas en pie de igualdad. Su “Rendición de cuentas” es una serie de pinturas marcadas por claros mensajes pedagógicos y políticos.
Obras destacadas:
En 1998 Immendorff contrajo esclerosis lateral amiotrófica, que restringió drásticamente su movilidad, lo que le obligó a dejar de trabajar con la mano derecha. “Todavía tomo el pincel directamente”, escribió: “pero soy más destructivo, trabajo, por extraño que parezca, destructivamente en términos pictóricos, lo que siempre quise hacer”.
Imaginemos el materialismo de Gustave Courbet unido al color agresivo de Max Beckmann, con una pizca de los panoramas visionarios de Caspar David Friedrich, y podríamos tener algo así como la sensibilidad de Immendorff. Podría jugar a ser ingenuo, pero no es irónico. No hace sutilezas y tiene un sentido del humor muy alemán. Immendorff es un artista urbano, la naturaleza no le concierne. No le interesa el estado de la abstracción, que preocupaba a sus pares estadounidenses. Su arte político es contundente pero veraz. Pintor nocturno, lo que más le fascina es la materia material del mundo y la concepción de que el mundo es un escenario.