León Bakst, impulsor de la fantasía oriental desde el Ballet
“Fantasía Oriental”: Una bailarín enjoyado y de aspecto exótico se completa con gran turbante, peto, espada y zapatos con puntas levantadas. Los patrones de sus pantalones recuerdan las líneas sinuosas del movimiento de diseño y estética de principios del siglo XX: el Art Nouveau.
Nacido en San Petersburgo, Bakst se formó en Moscú, antes de regresar a su ciudad natal en 1900, donde conoció al empresario y fundador del famoso Ballet Ruso, Sergei Diaghilev. A través de Diaghilev, Bakst se introdujo en el mundo del teatro y comenzó a hacer valiosas contribuciones tanto en la escenografía como en el diseño de vestuario. Posteriormente se trasladó a París, y fue allí, en 1909, donde comenzó a diseñar sus más extraordinarios inventos para el Ballet Ruso. Algunos de sus trajes se volvieron legendarios en su propio tiempo, combinando los colores atrevidos del arte popular ruso y la sofisticación y el esplendor del arte oriental.
Un adelantado
Bakst era un adelantado y un atrevido en su época, sin temor al color y a la exhuberancia, diseñó una fantasía de vestuarios orientalistas a los que le debemos gran parte del imaginario colectivo. Se hizo mundialmente conocido, junto a Diaghilev, después de exhibir sus diseños de escenografía y vestuario en el ballet “Scheherazade”, obra inspirada en uno de los actos de “Las mil y una noches”, e interpretado por primera vez , el 4 de junio de 1910 en el Theatre National de l’Opéra de París. “Scheherazade” supuso uno de los mayores éxitos de la compañía de Diaghilev. La escenografía y el vestuario que Bakst creó para esta presentación hechizaron al público con sus reminiscencias orientales que inmediatamente fueron puestas de moda y reproducidas por diseñadores y joyeros de èlite. Traspasó las barreras del teatro para convertirse además en diseñador, para algunos exclusivos clientes que encargaban al artista diseños inspirados en las fantasías orientalistas del Ballet.
Fue capaz de crear atuendos impregnados en colores puros, brillantes y explosivos, ornamentaciones y decorados que el público, nunca antes visto hasta ese momento. Bakst se entregó absolutamente a la ambiciosa y sorprendente empresa que supuso los Ballets Rusos, en donde gracias a la singular y carismática personalidad de Diaghilev -y su solvencia- pudo concretar sus visiones en escenografías y vestuarios. En la primera temporada en París presentaron la obra “Cleopatra” con vestuario y decorados de Baskt; todos ellos coreografiados por Fokine. El vestido del bailarín como “Espectro de la rosa”, debía ser reparado sobre el propio cuerpo del intérprete antes de cada representación. Probablemente cierta inspiración en esa fantasía de colores y formas podría verse en compañías como Cirque du Soleil, cuyo vestuario está ligado a la puesta en escena completa, y por supuesto en el ballet y ópera actual, y espectáculos de danza oriental.
En el siguiente video, podrán ver una pequeña reseña de este diseño para Firebird, que está tan detallado que pasa a ser más que un diseño, una obra en sí misma por al riqueza y delicadeza de sus terminaciones, la expresión de las formas y el tratamiento de la representación del cuerpo humano que hace Bakst.