Cristina Iglesias
Obra: Untitled, 1992, de la escultora Cristina Iglesias.
Esta escultura-instalación serenamente equilibrada recuerda tanto una forma orgánica como una estructura arquitectónica. Manteniéndose en un tenso reposo de movimiento suspendido, encierra un espacio parcial dentro de un dosel fracturado y una única pared con paneles. Las delgadas láminas de alabastro blanco y liso, sostenidas por una red de hierro, son traslúcidas, como las alas de una libélula. Al filtrar la luz, crean sensaciones atmosféricas cambiantes y sombras etéreas, evocando fantasías, sueños y recuerdos. El alabastro es un material favorito de Iglesias, aunque también trabaja con otros medios como el hierro, el acero y el cemento. A veces incorporando telas serigrafiadas, tapices y la impronta de formas naturales como hojas, en sus esculturas, Iglesias construye estructuras ambiguas y poéticas que siempre se adhieren a las paredes de la galería e interactúan con la arquitectura. En 1994 representó a España en la Bienal de Venecia.
¿Quién es Cristina Iglesias?
Las obras de arte más conocidas de Iglesias son probablemente las que se encuentran en las entradas de los museos. “The Deep Fountain” (2006), que se encuentra fuera del Museo Real de Bellas Artes de Amberes en Bélgica, es otro cuerpo de agua que fluye: un rectángulo que mide 37 metros por 17 (121 por 56 pies). Aproximadamente cada hora, el agua emerge y se escurre en una larga fisura, que divide la pieza en dos. Muchos visitantes están tan embelesados que simplemente se detienen y miran todo el ciclo.
La palabra española para umbral es “umbral”, me dice Iglesias. Y su expresión más literal se encuentra en la entrada de la ampliación moderna del Museo del Prado de Madrid , diseñada por el arquitecto español Rafael Moneo en 2007. Aquí, Iglesias creó enormes puertas ceremoniales. Con 9 metros (30 pies) de altura, empequeñecen a todos los visitantes.
Las grandes puertas de bronce son un umbral mutable entre la ciudad y su gran templo de las artes. Las puertas se abren y cierran automáticamente en ciertos puntos a lo largo del día, alineándose en un punto para crear un pasillo oscuro y profundo. Entrar en él es como adentrarse en algún bosque oscuro e inhóspito, que tal vez sea precisamente la forma correcta de prepararse para el Goya tardío.
En los videos pueden ver a la escultora Cristina Iglesias comentar sobre el portal de la ampliación del Museo del Prado.