La artista serbia Marina Abramovic (Belgrado, 1946), ha sido galardonada este miércoles con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2021, según ha anunciado la organización desde Oviedo.
El jurado destaca que: “La obra de Abramovic es parte de la genealogía de la performance, con una componente sensorial y espiritual anteriormente no conocida. Cargado de una voluntad de permanente cambio, su trabajo ha dotado a la experimentación y a la búsqueda de lenguajes originales de una esencia profundamente humana. La valentía de Abramovic en la entrega al arte absoluto y su adhesión a la vanguardia ofrecen experiencias conmovedoras, que reclaman una intensa vinculación del espectador y la convierten en una de las artistas más emocionantes de nuestro tiempo”.
Marina Abramovic se describe a sí misma como la “madrina del arte de la performance“, una disciplina artística en la que inició su carrera a comienzos de los años 1970. Su trabajo explora “la relación entre el artista y la audiencia, los límites del cuerpo y las posibilidades de la mente”.
La “abuela de la performance”
Marina Abramovic, de 74 años, suele bromear refiriéndose a sí misma como una “abuela de la performance“. Y defiende el cuerpo como fuente de la creación artística: “el cuerpo lo es todo”. Por ello trabaja e indaga en ese aspecto desde hace 50 años, en especial en “ir más allá de los límites” de su propio físico.
Además, la creadora serbia considera que “la performance es el mejor arte del tiempo porque siempre sucede en presente, es el arte más completo tras la música”.
Según la crítica, el trabajo de Abramovic explora “los límites del cuerpo y la mente” a través de performances arriesgadas y complejas en una constante búsqueda de libertad individual.
Marina y Ulay
Marina fue pareja de Ulay, artista germano-occidental de performance, con el que empezó a colaborar explorando los conceptos de ego e identidad artísticaEn 1988 decidieron hacer un viaje espiritual, The Great Wall Walk, con el que concluiría su relación: ambos caminarían por la Gran Muralla china, comenzando cada uno por el extremo opuesto y encontrándose en el centro para darse un último abrazo.
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