Escena clave de Nosferatu (2024) dirigida por Robert Eggers.

Nosferatu de Robert Eggers: El Cuerpo de Mina

Enero 6, 2025

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El cuerpo de Mina

El excesivo valor que en ocasiones le damos a lo novedoso es una cuestión que se origina en la modernidad. Si pensamos en la tradición clásica o medieval, la cantidad de relatos distintos a los que una persona podía acceder estaban muy limitados tanto por la acotada producción de los mismos, como por las dificultades en el acceso, siendo principalmente relatos orales que conformaban un corpus de tradición muy asociado a una determinada zona geográfica. Nuestros ancestros entonces se divertían relatando y escuchando muchas veces las mismas historias, que pasaban de generación en generación en forma de leyendas, tal como describieron los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm a principios del siglo XIX.  Si bien hoy en día estamos constantemente bombardeados por una ingente cantidad de obras literarias, fílmicas y televisivas, y parecemos estar obsesionados con buscar aquello que parece más novedoso e innovador, existen aún historias que con placer nos volvemos a repetir una y otra vez transitando entre distintos soportes mediales. Romeo y Julieta convertida en West Side Story, El Corazón de las Tinieblas transformada en Apocalypse Now, Los Miserables en sus distintas adaptaciones, y por último y tal vez la más reiterada de todas, Drácula de Bram Stoker. La recientemente estrenada Nosferatu de Robert Eggers, se basa tanto en el libro publicado por el escritor irlandés en 1897, como en la adaptación cinematográfica libre que hizo Friedrich Murnau en 1924, y por consiguiente también tiene elementos referenciales a la maravillosa versión de Werner Herzog de 1979. Sería vano y reiterativo alabar el film de Eggers ya sea por las excelentes actuaciones que se van desarrollando a medida que avanza la historia, o la hermosa y cuidada fotografía y edición, que de seguro la harán merecedora de múltiples galardones. En lo que me parece interesante detenerse es en el guión del film, y en cómo Eggers nos presenta una historia a la que ya estamos habituados y nos es completamente conocida, pero desde un punto de vista absolutamente innovador. 

Lily-Rose Depp como Mina Murray en Nosferatu de Robert Eggers
Lily-Rose Depp como Mina Murray en Nosferatu de Robert Eggers

A diferencia, tanto del libro como de las adaptaciones cinematográficas y televisivas que precedieron al Nosferatu de Robert Eggers, esta nueva versión de Drácula o Nosferatu nos presenta como protagonista principal a Mina Murray, y es en torno a ella y desde su experiencia que se desarrolla gran parte de la película. Ahora bien, esta versión de Mina, encarnada por la actriz Lily-Rose Depp se destaca por ser un personaje mucho más activo y no tan pasivo como es tanto en la novela, como también en la película realizada por Francis Ford Coppola en 1992. La Mina de Eggers es abiertamente abusada, de forma bastante cruda en ocasiones, por todos quienes la rodean, desde el Dr. John Seward y Arthur Holmwood, hasta su propio marido Jonathan y evidentemente también el infame Conde Drácula, u Orlok en esta adaptación. 

Es sumamente interesante la profundidad con que se describe el abuso sobre Mina, y la forma en que se evocan claramente las ideas filosóficas planteadas tanto por Silvia Federicci como por Judith Butler, en términos de que el cuerpo femenino ha sido históricamente objeto de atropellos por parte de una sociedad liderada por hombres, y más aún, que parte importante de los procesos sociales y económicos que dieron origen al mundo moderno, se basaron en la explotación de la mujer. Es entonces en el cuerpo de Mina donde se da la verdadera batalla representada en la película, ya que siempre se está tratando de controlarla, censurarla, abusarla y finalmente, y de forma más directa y simple, violarla. La Nosferatu de Robert Eggers dista mucho entonces de ser la historia de un amor que trasciende el tiempo, sino que más bien es la historia de cómo las mujeres han sido víctimas de abuso a lo largo del tiempo, ocupando como vehículo para esto la ya conocida historia de Drácula. Esta idea no es novedosa en la cinematografía de Eggers, y me parece que profundiza o tal vez cierra el ciclo de lo mostrado en The Witch (2015), donde la protagonista sufre la desconfianza y la violencia dentro de su propio núcleo familiar, y la brujería se convierte en un acto de liberación que se representa en la participación en un aquelarre pagano, donde el elemento central no es la adoración a Lucifer (el inolvidable Black Phillip), sino que la redención de los cuerpos al flotar desnudos por el aire. 

Es verdad, algunas historias son tan buenas que nos las repetimos de cuando en cuando, pero también es cierto que somos más hijos de nuestro tiempo que de nuestros propios padres, y en este caso el gran mérito que ha tenido Robert Eggers es que nos ha presentado la primera historia de Drácula para las problemáticas de la sociedad del siglo XXI, donde somos o al menos pretendemos ser más conscientes, de que el cuerpo de las mujeres no puede seguir siendo objeto de abusos.  

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Publicado: Enero 6, 2025
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