El aclamado artista Fernando Botero continuó creando en su estudio hasta que lamentablemente sufrió una neumonía que lo llevó a ser hospitalizado hace unos días. A pesar de su renombre internacional, siempre mantuvo un fuerte vínculo con su ciudad natal, Medellín, donde generosamente donó casi 200 de sus obras.
Botero, conocido por su distintivo estilo de pintar y esculpir figuras de proporciones voluminosas pero elegantes, falleció a la edad de 91 años en su hogar en Mónaco, según su hija, Lina Botero, quien informó que estuvo gravemente enfermo durante cinco días a causa de una neumonía.
Nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín, Colombia, Botero había residido en la ciudad italiana de Pietrasanta durante muchos años, donde siguió trabajando en su taller hasta sus últimos días.
A pesar de su fama internacional, nunca perdió de vista sus raíces y le regaló a su ciudad natal alrededor de 200 de sus obras, la mayoría de las cuales se exhiben en el Museo de Antioquia.
El alcalde de Medellín anunció que la ciudad estaría de luto durante siete días y que se rendirían homenajes en lugares emblemáticos, incluida la Plaza Botero, donde su legado perdurará para siempre.
Botero fue ampliamente reconocido a nivel internacional y recibió numerosos premios, destacando el prestigioso premio Guggenheim International en 1957, que le permitió exhibir sus obras en el Museo Guggenheim de Nueva York y lo catapultó a la fama en el mundo del arte.
Un hito importante en su carrera fue en 1961, cuando el MoMA de Nueva York adquirió su icónica obra “La Mona Lisa de doce años”. En 1969, realizó su primera gran exposición en la galería Claude Bernard de París, seguida de otra en la Marlborough Gallery de Nueva York en 1972. Al año siguiente, se trasladó a París, donde comenzó a crear sus primeras esculturas, que presentó por primera vez en la Feria de Arte de la capital francesa.
Las obras de Botero han sido protagonistas en subastas millonarias, como en el caso de su escultura “Hombre a caballo”, que alcanzó la cifra de 4,3 millones de dólares en la subasta de Christie’s en 2022. Su legado perdurará como un símbolo de la belleza y la singularidad de su estilo artístico.
El estilo artístico de Fernando Botero
Es conocido por su enfoque distintivo en la representación de figuras humanas y objetos en una forma voluminosa y exagerada, caracterizada por sus proporciones generosas y redondeadas. Este estilo se conoce comúnmente como “boterismo”. Aquí hay algunas características clave de su estilo:
1. Voluminosidad: Botero es famoso por aumentar deliberadamente el tamaño de las figuras humanas y los objetos en sus pinturas y esculturas. Esto crea una sensación de plenitud y abundancia en sus obras.
2. Proporciones exageradas: Las figuras de Botero suelen tener cabezas, manos y pies más grandes en relación con sus cuerpos, lo que acentúa aún más la apariencia robusta y redondeada de sus personajes.
3. Superficies suaves y uniformes: Las superficies de sus obras suelen ser lisas y uniformes, sin detalles minuciosos ni texturas complicadas. Esto enfatiza la simplicidad y la forma general de las figuras.
4. Colores vibrantes: Botero utiliza colores vivos y llamativos en sus obras, lo que añade un aspecto festivo y alegre a sus composiciones.
5. Temas recurrentes: A lo largo de su carrera, Botero ha explorado temas recurrentes, como retratos, escenas cotidianas, figuras religiosas y bodegones. Sus obras a menudo contienen elementos de sátira y humor.
6. Influencias: El estilo de Botero ha sido influenciado por el arte precolombino de América Latina, así como por el Renacimiento italiano y el arte barroco. Combina estas influencias con su visión personal para crear un estilo único y reconocible.
El estilo de Fernando Botero se caracteriza por la exageración de las formas y las proporciones, la saturación de colores y una sensación general de plenitud y alegría en su representación de la vida y la cultura latinoamericana. Su obra es apreciada por su singularidad y su capacidad para transmitir una sensación de encanto y asombro.